EL ESTÓMAGO

El estómago es un ensanchamiento del tubo digestivo localizado entre el esófago y el duodeno. Está situado en el hipocondrio izquierdo, en el epigastrio y por debajo del hígado y del diafragma. Comienza a la altura del cartílago intercostal de la VII costilla y ligeramente a la derecha de la mitad del epigastrio, dos centímetros por encima del ombligo. Consta de una válvula llamada cardias que lo separa del esófago, localizado a la altura de la vértebra D11 y de un esfínter llamado píloro que lo separa del duodeno, localizado a la altura de la vértebra L1. El cardias es una válvula que se cierra para prevenir el reflujo esofágico. A la izquierda y hacia arriba de la misma, y por debajo de la cúpula diafragmática, encontramos el fundus gástrico (está lleno de aire y es visible en las radiografías) forma la curvatura mayor junto con el cuerpo del estómago que se alarga hacia el abdomen y continua hacia la derecha describiendo la curvatura, que llega a hacerse horizontal, hasta llegar al antro pilórico. Finaliza ligeramente en la mitad derecha del epigastrio en un engrosamiento de la pared gástrica, formado por la presencia de múltiples fibras musculares en forma de círculo, que constituyen el esfínter pilórico. La curvatura menor está orientada de forma cóncava hacia el lado derecho uniendo los dos orificios del estómago. Está unida al hígado y duodeno a través de un pliegue del peritoneo llamado epiplón menor. El epiplón mayor parte de la curvatura mayor del estómago y desciende hacia el intestino.

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La pared gástrica está formada, de fuera a dentro, por una serosa que envuelve a las tres capas de fibras musculares longitudinales, circulares y oblícuas, las más profundas, a continuación encontramos una capa submucosa. Ésta, se compone de tejido conjuntivo, que presenta vasos sanguíneos, vasos linfáticos, fibras nerviosas, y de la prolongación de las glándulas mucosas que forman la capa mucosa cuyo epitelio secreta moco principalmente, enzimas digestivas y ácido clorhídrico.

El estómago está envuelto en una capa serosa que a su vez se funde con las capas serosas de los órganos que lo rodean formando el peritoneo. Esta capa que envuelve a todos los órganos se pliega para unir unos órganos con otros de tal manera que, partiendo del estómago, pueden distinguirse cuatro ligamentos:

Ligamento gastrofrénico que une la zona del fundus del estómago con la cúpula diafragmática.

Ligamento gastroesplénico que une la parte superior de la curvatura mayor del estómago con el hilio del bazo.

Ligamento gastrocólico que une, en un repliegue del peritoneo, la parte inferior de la curvatura mayor del estómago con el colon transverso.

Ligamento gastrohepático que une la curvatura menor del estómago con el hígado.

Ya conocemos los anclajes gástricos a las estructuras de su entorno, ahora vamos a saber qué movimientos posee el estómago:

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Durante la inspiración el centro frénico o zona central del diafragma desciende y el fundus gástrico desciende hacia dentro. Disminuye el espacio entre las dos curvaturas del estómago y el antro pilórico se desplaza hacia arriba y a la derecha alejándose del fundus.

El ligamento gastrofrénico mantiene fuertemente unido al estómago con el diafragma, de tal manera que muchas patologías gástricas y esofágicas persisten debido a la pérdida de movilidad por adherencias en la respiración.

La motilidad del estómago

El estómago posee una gran capacidad de dilatación y contracción debido a que está formado por fibras musculares lisas. Durante la digestión, comienza a dilatarse más la curvatura mayor que la menor. Los movimientos peristálticos se producen mezclándose ondas lentas (ondas eléctricas sin contracción muscular) con ondas rápidas (ondas de contracción muscular) que generan una banda de contracción circunferencial en la parte baja del cuerpo gástrico que se propaga hasta el píloro. Desciende el antro pilórico ligeramente lo que provoca el cierre del píloro que se abrirá poco a poco para permitir el paso de nutrientes digeridos al duodeno.

Ahora bien, el peristaltismo puede verse disminuido por varios motivos, como por ejemplo, cuando la persona padece emociones que alteren fuertemente el sistema nervioso simpático, cuando se hace ejercicio excesivo o cuando se tiene costumbre de hacer comidas copiosas. En estos casos, la secreción de jugo gástrico puede disminuir o incluso detenerse dando lugar a un éxtasis sanguíneo para tratar de nutrir los tejidos estomacales. La comida permanece demasiado tiempo en el estómago con lo que se produce una dilatación del fundus que se transmite a la curvatura mayor, el estómago desciende y va perdiendo horizontalidad. Los nutrientes se acumulan en el antro pilórico que obligan al píloro a cerrarse por su peso, y por ello, los jugos gástricos vuelven a secretarse para intentar digerir los alimentos de nuevo. La dilatación del fundus presiona al diafragma hacia arriba y a su vez al corazón, lo que da lugar a síntomas de precordialgia (dolor en el centro del pecho) y disnea (dificultad para respirar).

Como curiosidades mencionamos que el estómago absorbe cierta cantidad de agua, alcohol y de algunos fármacos. La posición decúbito lateral derecho favorece la digestión y sobre el lado izquierdo favorece la regurgitación y la expulsión de gases.

El estómago está inervado por nervios raquídeos simpáticos, se inicia en las raíces anteriores y fibras preganglionares, es decir, los axones de los cuernos laterales de la médula que se encuentran a la altura del sexto y décimo segmentos espinales. Los axones son conducidos, a partir de los nervios raquídeos, por ramas comunicantes a las partes adyacentes de los troncos simpáticos ganglionares y a continuación por los nervios esplácnicos torácicos al plexo solar y ganglios celiacos. Pueden formar sinapsis en los ganglios de los troncos del simpático pero la mayoría forman sinapsis con las células de los ganglios celiacos y mesentérico superior.

Patologías e indicaciones

Piloroespasmo: patología frecuente en niños que presentan un cuadro en el que las fibras del píloro no consiguen relajarse con lo que los alimentos permanecen en el estómago hasta provocar el vómito

Estenosis del píloro: es una obstrucción de dicho orificio.

Gastritis: inflamación de la mucosa gástrica por malos hábitos alimenticios, estrés, por abuso en el consumo de analgésicos, por la infección de helicobacter pylori, etc.

Helicobacter pylori: es una bacteria que infecta el epitelio gástrico produciendo úlceras y tipos distintos de gastritis. Vive exclusivamente en el estómago humano y es el único organismo capaz de subsistir en un medio extremadamente ácido. En muchos casos el infectado no manifiesta ningún síntoma.

Anemia perniciosa: consiste en una atrofia de la mucosa gástrica que produce una disminución de las enzimas gástricas y del ácido clorhídrico.

Deficiencia del factor intrínseco: es una glucoproteína producida por la mucosa gástrica, la cual es necesaria para la absorción intestinal de la vitamina B12. La deficiencia del factor intrínseco puede ser causada por una disminución de la mucosa gástrica producida por una gastritis, por la infección del helicobacter pylori, por una extirpación quirúrgica del íleon (enfermedad de Crohn) y puede ocasionar anemia perniciosa por falta de vitamina B12, tras agotar los cuatro años de duración de las reservas de esta vitamina en el hígado.

Interrogatorio

La osteopatía trata las afecciones de la mucosa gástrica, es decir, las gastritis y afecciones esófago – gástricas como la hernia de hiato. Tratará de reducir los espasmos viscerales, mejorar el tránsito intestinal y el buen funcionamiento de los esfínteres.

Para ello llevamos a cabo un interrogatorio orientado a distinguir una gastritis de una úlcera. Preguntamos para averiguar el carácter de los dolores, es decir, saber si son continuos, si aparecen antes o después de comer en cuyo caso el origen seria gástrico, o a las dos horas de haber comido en cuyo caso sería de origen duodenal, o si aparecen de forma paroxística con vómitos, náuseas, etc. Los síntomas de una ptosis gástrica son de pesadez, flatulencia, eructos, acompañada normalmente de una pequeña anemia ferropénica originada por la mala asimilación de las paredes el estómago. En caso de úlcera, la mucosa del estómago se vuelve crateriforme con escasa o nula tendencia a la cicatrización. Se produce por un desequilibrio entre los factores destructivos de la mucosa gástrica y los defensivos. El paciente sufre un dolor corrosivo en la zona del epigastrio entre una a tres horas después de las comidas o durante la noche. Permanece durante semanas o meses intercalándose con períodos en que no se manifiesta. En caso de duda en su diagnóstico necesitaremos pruebas radiológicas sobre todo si tiene antecedentes gástricos desde hace varios años.