Osteopatía Visceral

El tratamiento osteopático visceral atiende a todo tipo de perturbaciones que afecten a los órganos y vísceras de la cavidad torácica, abdominal y pélvica. En este apartado nos centraremos en los órganos del peritoneo dejando al margen los de la cavidad torácica.

Los órganos del peritoneo, se encuentran unidos entre sí a través de membranas, superficies de deslizamiento y ligamentos que conforman el tejido conectivo visceral. Estos ligamentos y membranas se hallan también adheridos a la zona parietal de la cavidad en la que se encuentran las vísceras y que forman parte del tejido musculo-esquelético. Entonces, vemos que el tejido conectivo visceral tapiza el tejido musculo-esquelético y deducimos que una pérdida de elasticidad visceral (de origen reflejo, por compresión, o por infección duradera), va a solicitar su zona de anclaje a la estructura ósea y muscular. Es decir, se produce una retracción de defensa de los tejidos blandos que compromete las articulaciones más cercanas.

Hemos enumerado tres causas u orígenes de pérdida de elasticidad visceral. A continuación exponemos algunos ejemplos:

Pérdida de elasticidad de origen reflejo: por el atrapamiento de un nervio, por ejemplo a nivel de la D6, principal inervación del estómago. Cuando la vértebra pierde su alineación con la vértebra adyacente, produce que la raíz del nervio sea pellizcada y termina irritándose. Dicha subluxación vertebral provoca que la señal que el nervio debe mandar al órgano, musculo, célula etc., llegue con menor intensidad o no llegue. Se produce así, una pérdida de elasticidad de los tejidos que inerva, dolores estomacales, indigestión y acidez, entre otras afecciones.

Pérdida de elasticidad por compresión: de un órgano por enroscamiento sobre sí mismo que provoca una merma de su actividad. Disminuye el peristaltismo por congestión venosa o linfática y podrá degenerar en esclerosis.

Pérdida de elasticidad por infecciones duraderas: en el hígado que retraen los tejidos que lo sustentan mermando así la circulación linfática y sanguínea hasta congestionarlo.

A continuación explicaremos un proceso que tiene lugar en paralelo con lo anteriormente citado:

LAS DERMALGIAS REFLEJAS

Debemos saber que cuando un órgano se encuentra sobreexcitado, como anteriormente se ha descrito, se ve alterada su información nerviosa. Se produce así un arco reflejo que afecta a la zona cutánea correspondiente, denominada dermalgia refleja, manifestándose dolorosa al tacto. Dicho de un modo más técnico, cuando se produce un potencial de acción en un órgano, éste, va a ser conducido por vía nerviosa a un corte de la médula espinal. Esto genera una respuestaDermalgias de retorno a través de las vías eferentes vasomotrices que finaliza en los nervios perforantes anteriores que inervan la zona distal del mielómero correspondiente. Dicha zona cutánea recibe constantes señales vasoconstrictoras que producen una disminución vascular hasta que finalmente se establece una isquemia. Esta isquemia desemboca en una esclerosis o fibrosis, en adherencias a nivel profundo (aponeurositis), una proliferación de tejido conjuntivo de las zonas convexas y una retracción del tejido de las zonas cóncavas.

En la imagen señalamos las dermalgias reflejas en relación con su dermatoma

Durante la exploración del abdomen en el tratamiento visceral llevaremos a cabo una valoración de las dermalgias reflejas que nos ayudará a un mejor diagnóstico.

LA ENTEROPTOSIS

Existe una lesión global, de toda la masa visceral, denominada enteroptosis en la que se produce un prolapso de las vísceras en conjunto por causa de la debilidad de la estructura que las contiene (contenedor) o por causa de la caída de toda la masa visceral (contenido). Esta patología se origina principalmente de dos maneras:

  • Por la hipotensión abdominal que constituye el contenedor de las vísceras. La debilidad de la musculatura abdominal no realiza la función de contención visceral. De tal manera, que el organismo trata de compensar esta anomalía solicitando la estructura musculo-esquelética. El diafragma comienza a disminuir su movilidad así como la amplitud costal que se mantiene constante de tal forma que desde la parte superior va distendiéndose la pared anterior del abdomen por falta de sostén de la masa gastrointestinal, responsable de la enteroptosis. Los ángulos intestinales se cierran. La función diafragmática disminuida limita también la movilidad de las vísceras, dificulta la circulación de retorno, la circulación de las secreciones y del tránsito digestivo. La distensión del abdomen y prolapso de todas las vísceras producen una distensión aún mayor de la zona suprapúbica, adherencias y alteraciones circulatorias de la pelvis menor y la caída del suelo pélvico que incidirá desestabilizando el equilibrio ilíaco sacro lumbar.
  • Por la dilatación de la masa gastrointestinal asociada a una hipertrofia hepática. La dilatación de la masa gastrointestinal y la hipertrofia del hígado limitan el movimiento del diafragma que provoca una pérdida de movilidad digestiva y la consecuente disminución del metabolismo. Los riñones se ven oprimidos favoreciendo la ptosis y adherencias renoduodenales. El rombo de dilatación fisiológica (localizado rodeando al ombligo) se ensancha tanto que llega al límite de elasticidad de la zona subpubiana lo que produce una modificación del esquema postural en anteversión de la pelvis e hiperlordosis lumbar. El retorno venoso de la cavidad pélvica  a la cavidad abdominal se encuentra alterado y provoca una congestión de órganos pélvicos. El retorno venoso de la cavidad abdominal a la cavidad torácica se encuentra igualmente perjudicado. La enteroptosis produce la congestión de las vísceras y también una hipertensión del sistema porta que predispone a las invaginaciones intestinales.

Ambos casos de enteroptosis crean una retracción de los tejidos capaz de modificar las curvas fisiológicas de la columna vertebral y por lo tanto modifican también la línea central de gravedad del organismo. Es necesario tener claro el concepto de la línea central de gravedad para entender mejor el funcionamiento de una lesión visceral:

LA LINEA CENTRAL DE GRAVEDAD

23ar0015Es perpendicular al suelo y podría definirse como la resultante de dos fuerzas que se ven compensadas en un plano anteroposterior corporal. El organismo logra un equilibrio anteroposterior con puntos de apoyo raquídeos. Toda la musculatura posterior trata de equilibrar el peso de las vísceras de la cavidad abdominal, de la cavidad torácica y de la cabeza que también se hayan ancladas de manera global al tejido musculo-esquelético que realiza una función de sostén fascioaponeurótico. Esta unión, a través de un tejido conectivo resistente, trata de mantener la correcta posición de las vísceras en el espacio para su buen funcionamiento.

Cuando un órgano congestionado comprime una víscera se da un cambio de su volumen y el equilibrio de la cavidad abdominal se ve alterado por fibrosis. De este modo, se solicita el sostén raquídeo que modifica las fuerzas de presión y tracción que alteran la posición de la víscera en los tres planos. La columna tiene que adaptarse a la nueva situación modificando su línea central de gravedad. Las curvas de la columna que más se ven afectadas son las anteroposteriores, la cifosis y la lordosis. Esta hipertensión en el abdomen, durante la edad de crecimiento, puede deformar el esqueleto en distintas partes.

10r0015 0015

A continuación, se citan otros casos de modificación de la línea central de gravedad:

ALTERACIÓN REFLEJA DE LAS CURVAS DEL RAQUIS

Cuando una víscera se encuentra distendida, irritada o comprimida, envía una profusa información excitatriz por vía aferente visceral a la médula espinal que genera un estado de hiperexcitabilidad de las neuronas motrices o autónomas. Esto da lugar a un descenso sensitivo y de control motor, y por tanto, los tejidos de sostén se vuelven sensibles. La persona tiene la sensación de pesadez, dolor y presión. Pero termina por afectar a la musculatura espinal, paravertebral (profunda y media) y la mantiene en un estado de hipertonicidad prolongada. Este estado facilita alrededor de la musculatura afectada el reflejo somatovisceral que encubre la disfunción visceral y que provoca una disminución de la resistencia mecánica de la columna. El organismo asume este estado como normal favoreciendo así una descompensación traumática. Dicho esto, exponemos brevemente dos ejemplos:

  • El intestino grueso afectado puede influir sobre el raquis produciendo una lordosis fisiológica entre las vértebras D10 y L2.
  • El hígado junto con la vesicula biliar pueden influir sobre la columna produciendo una escoliosis secundaria entre las vértebras D5 y D10.

En definitiva, un traumatismo directo, emocional, los malos hábitos, etc., pueden alterar diferentes estructuras sobre todo estructuras de unión, de manera reversible o irreversible, en función de su intensidad, frecuencia, duración y la fase del sistema nervioso en la que se encuentre (simpática o parasimpática).

EL TRATAMIENTO VISCERAL

Valoración:

Llevaremos a cabo una palpación de la superficie abdominal a nivel parietal. Seguimos el orden del tubo digestivo buscamos las pérdidas de flexibilidad que denotan espasmos de la musculatura lisa, las adherencias, codos intestinales cerrados y membranas peritoneales retraídas. Una vez localizada la zona a valorar se efectúa una palpación profunda, sobre los puntos específicos correspondientes, teniendo en cuenta el diagnóstico por dolor que nos informan de la tensión o inflamación del peritoneo local, así como de la relación de las vísceras afectadas en esa zona. En caso de aparecer un dolor agudo, ya sea a nivel superficial o medio, nos informa de procesos inflamatorios locales con lo que no podemos elastificar de manera directa, sino haciendo un trabajo periférico de flexibilización de la zona afectada.

Valoración de las dermalgias reflejas

Las dermalgias se valoran en busca de reacciones dérmicas como los cambios en la temperatura de la piel aplicando el dorso de la mano sobre la zona en cuestión.flechas En segundo lugar haremos sobre la piel un pinzado rodado, es decir, con el primer y segundo dedo de ambas manos pellizcamos la piel formando con ella un pliegue entre las manos. Hacemos avanzar ese pliegue con el fin de experimentar engrosamientos de la piel, resistencia al desplazamiento y zonas de dolor con sensación de quemazón o corte que corresponden a procesos agudos  (con parestesia). En los procesos crónicos se encuentra hipoestesia dérmica y zonas carentes de sensibilidad.

En la imagen derecha están indicadas las direcciones de pinzado rodado para valorar las dermalgias reflejas.

Realizamos una nueva palpación específica para valorar el 9Regionescontenedor en función del contenido desde el estómago hasta el recto. Comprobamos cada órgano de forma asociada al tubo digestivo evaluando si su relación con el peritoneo está o no afectada al igual que su sensibilidad en caso de tener libre acceso al mismo. Valoramos también la posición con respecto a las referencias óseas cercanas dentro de las nueve regiones anatómicas del abdomen.

En la imagen se destacan las nueve regiones anatómicas del abdomen.

Enumeramos ahora los puntos específicos y afecciones, en caso de manifestar dolor, a localizar en una palpación profunda general:

  1. Punto epigástrico situado en el punto medio de la línea que une el ombligo con el apéndice xifoides. Indica afecciones gastroduodenales.
  2. Punto hepático-vesical situado en la extremidad anterior de la décima costilla derecha. Indica afecciones de la vesícula biliar e hígado.
  3. Punto esplénico situado en el reborde costal en el cartílago de la octava costilla. Indica afecciones del bazo, ángulo cólico (esplénico), cuarta porción del duodeno y estómago.
  4. Punto duodenal situado en el punto medio de la línea que une el ombligo con la extremidad de la décima costilla derecha. Indica afecciones duodenales.
  5. Punto pancreático situado en el área que va desde la décima costilla y línea central del abdomen hasta el ombligo. Indica afecciones de vías biliares, pancreáticas y duodenales.
  6. Puntos ileoyeyunales son tres y se encuentran dolorosos en las afecciones del intestino delgado.

torsocut

  • Punto preumbilical izquierdo situado a la izquierda y ligeramente por debajo del ombligo.
  • Punto del ileon situado en la línea horizontal que une las dos espinas ilíacas antero superiores a tres dedos a la derecha de la línea media.
  • Punto del yeyuno situado en la línea horizontal que une las dos espinas ilíacas antero superiores a tres dedos a la izquierda de la línea media.

En la imagen se exponen los puntos específicos de diagnóstico por dolor

7. Punto del apéndice situado sobre la línea que una la EIAS derecha con el ombligo a 4 o 5 centímetros separado de dicha espina. Indica afecciones del apéndice vermiforme y válvula ileocecal.
8. Puntos renales situados en la espalda en el ángulo costovertebral formado por la decimosegunda costilla y la primera vértebra lumbar. Indica afecciones renales. Efectuaremos una percusión en la zona dolorosa para distinguir el dolor profundo, como un pinchazo, relacionado con el riñón, del dolor superficial relacionado con el músculo.
9. Puntos uretrales y de intestino grueso son seis puntos simétricos y se encuentran dolorosos en afecciones de la uretra y del colon ascendente o descendente.

  • Punto superior situado en el centro de la línea transversal que pasa por el ombligo  y se extiende a ambos flancos.
  • Punto medio situado en el cruce de la línea horizontal que une ambas EIAS con la prolongación vertical de los puntos uretrales superiores pero ligeramente hacia el interior.
  • Punto inferior situado por encima del ángulo que forma la rama púbica con la línea central que baja del ombligo y a 3 centímetros de ambas.

10. Puntos ováricos situados en el centro de la línea que une las EIAS con el borde superior de la sínfisis púbica. Indican afecciones ováricas y uterovesicales. La palpación ha de ser suave, lenta y progresiva, desplazando los ovarios lateralmente.
11. Punto de vejiga situado en la cara posterior de la sínfisis púbica y se palpa por vía rectal o vaginal. Indican la existencia de afecciones uterovesicointestinales y prostato vesicointestinales. 

 

Conclusión

En conclusión, debemos conocer la ubicación exacta de cada víscera, la amplitud de los movimientos que realizan en estado normal y sus ejes de movilidad en relación con los puntos con los que están en contacto. Tenemos que adaptarnos a los distintos planos fasciales para reconocer los espasmos de la musculatura lisa, eliminar las adherencias de la zona a tratar, elastificar las retracciones de los sistemas de sostén y flexibilizar las superficies de deslizamiento y las membranas que unen los órganos del peritoneo hasta restituir la movilidad visceral. Sabido esto, concluimos que el orden de tratamiento comienza por el trabajo de la musculatura, el tejido subcutáneo, la recuperación de la movilidad articular y vertebral y finalmente el tratamiento visceral en el que seguimos el orden de las zonas afectadas más superficiales a las más profundas y de mayor a menor resistencia. Teniendo siempre en cuenta que un órgano con poca movilidad, congestionado, caído (ptosis), puede originar la aparición de perturbaciones en los órganos vecinos con los que mantiene vínculos mecánicos, sanguíneos y hormonales.

2 Comments (+add yours?)

  1. PEDROV
    Aug 25, 2014 @ 20:16:52

    Very interesting, thanks very much.

    Reply

  2. Christian de Angel Royo-Yuste
    Jun 10, 2019 @ 21:45:01

    Gracias por tu escrito Carlos. Bien contextualizado para darle un thrust mas potente a la didàctica

    Reply

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